Con motivo de las numerosas ayudas provenientes de los fondos estructurales de la Unión Europea, se ha puesto en servicio un elevado número de infraestructuras viarias de nueva creación.
Si a la necesidad de conservarlo le unimos la escasa disposición presupuestaria disponible dada la situación económica actual, nos lleva a un marco generalizado de inversión en obra pública muy inferior al de la pasada década.
Por ello, las distintas Administraciones se han visto forzadas a destinar la mayoría de la inversión a conservar el elevado patrimonio viario existente.
Como consecuencia se está produciendo una creciente demanda de personal técnico especializado en la conservación y explotación de Carreteras.