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Entra en funcionamiento la estación de regeneración de aguas del Prat de Llobregat

  • Esta instalación permite obtener un agua de calidad suficiente para ser reutilizada en diferentes usos, en lugar de ser vertida al mar como el agua depurada convencional

  • La medida obedece el convenio firmado por la AMB y la ACA el pasado mes de febrero ante una situación de prealerta por sequía

  • Por ahora el objetivo será mantener el buen estado de los acuíferos de la Vall Baixa y el Delta, y frenar la intrusión salina

Esta semana ha entrado en funcionamiento el sistema terciario de la depuradora del Llobregat, o Estación de Regeneración de aguas (ERA), que por medio de un tratamiento especial físico-químico, de filtración y desinfección UV da como resultado un agua apta para ser vertida río arriba, en caso de necesidad, por ejemplo ante una alerta por sequía. Habitualmente, y en casos de normalidad, el agua saliendo de la depuradora vierte, con todas las garantías, mar adentro.

A pesar de que en las últimas semanas las condiciones climáticas han permitido una cierta recuperación del nivel de los embalses, y la situación no es tan crítica como lo ha sido este invierno, la puesta en marcha de esta instalación es clave para aumentar la garantía de suministro en el área metropolitana de Barcelona. Este hecho requiere tener operativas al 100% las instalaciones de la ERA del Llobregat, que se construyeron en su momento con el fin de poder aumentar los caudales que circulan por el río y, también, contribuir a recargar los acuíferos -ya que son reservas estratégicas-, así como también aportar caudales ambientales en las lagunas del Valle Bajo y el delta del Llobregat o frenar la intrusión salina del mar.

Esta medida ha sido posible gracias al convenio de colaboración entre la Agencia Catalana del Agua (ACA) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que garantiza la financiación para la explotación de la instalación. La ACA aportará la financiación hasta un máximo de 4,5 millones de euros (en función de los volúmenes de agua tratada) para garantizar su explotación, así como la adecuación de esta infraestructura, que será gestionada por aguas de Barcelona.

Estas instalaciones -de titularidad de la Generalidad de Cataluña- consisten en la planta de tratamiento terciario del efluente de la depuradora de El Prat de Llobregat, gestionada por la AMB y operada por Aguas de Barcelona, ​​Empresa Metropolitana del Ciclo Integral del Agua (ABEMCIA), los pozos contra la intrusión salina, la planta desaladora de Sant Boi, las balsas de recarga del Valle Bajo del Llobregat y las tuberías de bombeo al río (hasta el azud de Molins de Rei) que se construyeron durante la última sequía con aportación de fondos de cohesión (85%) y de la Generalidad de Cataluña 15%).

La planta de tratamiento terciario de la depuradora del Llobregat tiene una parte que funciona por sistema de ósmosis inversa.

La instalación puede llegar a producir hasta 3 m3 / s, que es el consumo equivalente de agua para una población de más de un millón de habitantes (el equivalente al 25% de la demanda del Área Metropolitana de Barcelona).

Ya en la firma del convenio, y en cuanto a la producción de este sistema terciario, se determinaron tres modelos de funcionamiento:

  1. Normalidad: con las reservas en situación de normalidad se activa el agua del post-tratamiento (sistema terciario) para crear una barrera contra la intrusión salina y garantizar la calidad de esta masa de agua estratégica. Cabe recordar que los acuíferos del Valle Bajo del Llobregat pueden aportar en situación de sequía tanta agua como la desaladora.
  2. Prealerta y alerta (entre el 70 y el 35% de reservas): las aportaciones del sistema terciario de la depuradora de El Prat de Llobregat servirían para frenar la intrusión salina y el resto de usos, como los agrícolas, ambientales o municipales.
  3. Excepcionalidad (25%) y Emergencia (20%): aportación como agua de cabecera, aguas arriba del azud de Molins de Rei para disponer de más recursos al río para volver a ser captados y potabilizados, por lo que se cierra el ciclo hidrológico, en lugar de verterlos al mar.

Actualmente las instalaciones funcionan siguiendo el primer supuesto, en el que el objetivo es mantener en buen estado los acuíferos y frenar la intrusión salina. En cualquier caso, el volumen de agua que se tiene que producir será variable según el estado hidrológico y la establecerá mensualmente la ACA. La AMB se encargará de hacer el seguimiento de los niveles del agua post-tratada.

El acuerdo previó también la creación de un grupo de expertos (ACA, Departamento de Salud y CON) con el objetivo de planificar la hoja de ruta que determine el funcionamiento de la planta, y para analizar la posibilidad de avanzar la aportación de agua en el tramo final del río Llobregat en continuo y no únicamente en los periodos de excepcionalidad de la sequía.

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